viernes, 24 de agosto de 2012

XIII


Del cansancio al cansancio voy y vengo
en un solo dolor, grave y profundo,
se agotan mis pesares y mi mundo
y se agota mi falta y lo que tengo.

Crujiente van mis huesos con crujidos
que ni empiezan en mí ni en mí terminan,
ni cesan de brotar ni se me agotan,
confundiendo mi sangre con sus ruidos.

Al cansancio, al dolor y a mis crujidos
mi corazón reclama algún alivio,
rogando está un consuelo y un reposo.

Aunque me ruegue y clame en el oído
no tengo, aunque quisiera, sitio tibio
donde alcance su antojo avaricioso.

No hay comentarios:

Publicar un comentario