martes, 13 de agosto de 2013

Un año sin Delia.

“Mi vida se hace al contarla
y mi memoria se fija con la escritura;
lo que no pongo en palabras sobre papel,
lo borra el tiempo”.
Isabel Allende


Delia fue, esencialmente, una mujer buena. Buena hija, buena hermana, buena compañera, buena vecina, buena madre, buena amiga, buena tía, buena nuera, buena cuñada, buena suegra, buena abuela... Buena y mucho, ya lo dije antes... Todo mucho. Un ejemplo para mí, en este mundo huérfano de valores.

Un año... 12meses365días8760horas525600minutos31536000segundos...
Segundos, minutos, horas, días, meses... toda la edad de un dolor que no tiene tiempo de vencimiento.

Ejemplo de hermana, ejemplo de madre, ejemplo de luchadora. Soy lo que soy, sobre todo en las virtudes, porque Delia me acompañó durante más de medio siglo... Sin dudas el amor más extenso de toda mi vida... Delia tenía una gran capacidad para transformar mis miedos en esperanzas, mis demonios en amigos, mis defectos en virtudes. Ella a todo le encontraba ideología y la aplicaba a mis venenos y me los devolvía en remedios. Nadie más ha tenido esa hercúlea particularidad en mi vida... Dadivosa, derrochadora de amores y de gestos amorosos, siempre encontraba la palabra exacta que se convertía en mi voz.

Un año... 12meses365días8760horas525600minutos31536000segundos...
Segundos, minutos, horas, días, meses... toda la edad de un dolor que no tiene tiempo de vencimiento.

Me aterra haber perdido el último eslabón que me unía con mi infancia. La constructora, y portavoz, del relato más objetivo y más subjetivo, al mismo tiempo, de mi historia. Me aterra esa soledad “de antes” en la que me ha dejado...

Un año... 12meses365días8760horas525600minutos31536000segundos...
Segundos, minutos, horas, días, meses... toda la edad de un dolor que no tiene tiempo de vencimiento.

¿Alguien sentirá por mí cuando yo muera esta inacabable sensación de andar a la deriva, esta tristeza que no cesa? ¿Quién sino ella podría entender esta aflicción? ... Este vivir con media alma... A la vez me consuela saber que no padecerá ella esta locura de lágrimas...

Un año... 12meses365días8760horas525600minutos31536000segundos...
Segundos, minutos, horas, días, meses... toda la edad de un dolor que no tiene tiempo de vencimiento.

La calesita de la esquina de mi niñez, su sortija, mis zapatos guillermina tan difíciles de abotonar para mis torpes dedos, mis terrores nocturnos y su mano por debajo de la almohada, mi portafolio de primer grado, los cuadernos forrados de azul araña, la ancha escalera de la Normal Mixta, mi “hacerme señorita”, la estación de micros pueblerina, las llegadas a Retiro a visitarla, los primeros dolores amorosos, las más íntimas confidencias, las primeras pérdidas esenciales, mis primeros pasos militantes, mis primeros duelos, mi maternidad, mis miedos... Todo está atravesado por la presencia de Delia y hoy desamparado por su inexplicable ausencia.

Un año... 12meses365días8760horas525600minutos31536000segundos...
Segundos, minutos, horas, días, meses... toda la edad de un dolor que no tiene tiempo de vencimiento.

Tengo la certeza de que el resto de mi existencia estará sostenida por esta pena infinita y por el temor a que se sumen otras penas y no tener a Delia para contenerme.

Editorial de Radionautas

Editorial que Delia escribió para el programa de Radio para chicos, Radionautas en el Aire, que hacía junto a Guadi y Marina...

Editorial
Hoy es sábado 7 de octubre de 2006 y estamos dándoles la bienvenida a los y las oyentes de Radionautas en el Aire. Bienvenida… bienvenida…
Che, ya que estamos con esto de la bienvenida ¿por qué no poner en claro que también tenemos para dar una que otra malvenida?, ¿qué les parece, chicos?
¡Hay tantas cosas que no sólo merecen que demos una fuerte malvenida sino que digamos: ¡¡basta!!, ¡¡fuera!!, ¡¡acábenla!!!
Hoy, por un momento, nos detenemos a decirle a los que tienen poder y hablan y hablan de arreglar las relaciones en el mundo que empiecen, calladitos, por hacer cumplir los derechos de niñas y niños para TODOS los chicos y chicas del mundo.
Ese sería un hecho realmente importante. Ahí sí comenzaría a cambiar para mejor el mundo. Porque los niños y las niñas que reciben los que sus derechos les prometen, sonríen. Y si todos los niños y todas las niñas del mundo sonrieran, esto sería otra cosa, ¿o no?
Bueno, vamos a ver si los y las radionautas sonríen durante el programa. ¡Empecemos, nomás! (MDM)


 (Publicado por Guadi en su Facebook, al cumplirse un año del fallecimiento de Delia   poniendo, entre otras cosas, “Bueno, siendo que se aproxima el Día del Niño (y de la Niña) les comparto este texto que ella un día leyó al aire y de paso la homenajeo con todo mi amor y recuerdo. Soy como soy, en parte, gracias a ella también!...”)