lunes, 27 de agosto de 2012

Como hoy


Cuando la pena suena
-como hoy-
a todo trapo,
cuando vivir se vuelve
-como hoy-
un mal presagio,
cuando llorar es sólo
-como hoy-
un vicio terco...

hay que apretar los puños,
sentir que Dios se esconde
detrás de los amigos,
atarse los zapatos
sin bajar ni los ojos
y dar vueltas y vueltas
hasta sentirse un trompo.

Cuando el alma se siente
-como hoy-
un estropajo,
cuando la angustia apremia
-como hoy-
sin dar respiro,
cuando el presente es sólo
-como hoy-
dolor que insiste...

hay que inventarse alas,
pintarse una sonrisa
de espaldas al espejo
y bostezar con ruido
en mitad de una misa.

Cuando una voz nos dice
-como hoy-
que no servimos,
cuando el cuerpo se siente
-como hoy-
un peso muerto
y la alegría parece
-como hoy-
un imposible...

ese es el gran momento
de aferrarse a la vida
por los cuatro costados,
sentir que, en buena  hora,
uno es tan sólo un pobre
mortal, pero coleando,
No medirse, ni en broma,
sino con uno mismo,
jugar que uno es un héroe
tan sólo respirando.
Que el hecho de ser uno
tal y como se puede,
es ya un valor inmenso,
un triunfo incalculable.
Cuando ya no podemos
-como hoy-
con lo que somos...

Ha llegado el momento
de otorgarse permiso,
y ser mago, y payaso,
y mono equilibrista,
y hacer función
sin precio.

Somos irrepetibles
El beso que donamos
es irreproducible...
La lágrima que escapa
no vuelve a repetirse.

Somos un gran milagro.
Diminutos y frágiles,
inocentes mortales,
a veces nos caemos...
Somos Dios cuerpo a tierra.
Hay que atreverse a verlo...

En fin,
cuando la vida corre
-como hoy-
desdibujada...

Hay que inventarse un sitio,
quietos mirar la luna
peinarse verdes canas.
Hay que dar tiempo al tiempo.
La vida resta y suma...
Ser uno frente a frente
y bancarse lo inútil,
lo vulgar, lo demente...
Ahí empezar a ser otros,
ser tantos, ser cualquiera,
ser sagrado con todos.

Si de morir vivimos
no vivamos muriendo,
vivamos de entregarnos...

Clavemos las pupilas
en quien quiera mirarnos,
apretemos la palma
de la mano que pasa,
que escuchen nuestros gritos,
susurros o palabras...

Que se jodan la Muerte,
el Silencio y la Nada...

(para Stella - 1988)

No hay comentarios:

Publicar un comentario