Se abría por estas horas una esperanza que demoraba lo que se anunciaba a gritos. Nos subimos a ese barco de ilusión que duró un suspiro. Su fuerza nos ayudaba a prepararnos para lo definitivo. Así de mucho era. Es. Será. Siempre.
10-8-2015 (a eso de las siete de la tarde)
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