martes, 5 de agosto de 2014

Para siempre domingo

Aquel 5 de agosto fue un domingo. Helado domingo. Lluvioso domingo. Un domingo más domingo que todos los domingos de la vida. Promediando la tarde, la noticia de la muerte de la Gran Chabela le ponía un poco más de frío a la cosa. A las 17.26 de ese domingo, Delia escribió sobre su tristeza por la muerte de la cantora, escribió "hay días malos", escribió sobre sus ganas de habernos visto pero el frío y la lluvia y el desgano, escribió sobre el domingo y escribió "luego veré de volver por aquí"... Un par de horas después la llamé por teléfono y hablamos largo. Nos contamos las ganas de vernos pero las no ganas de salir a la calle, nos chismeamos de la familia, nos preocupamos por el país, nos entristecimos por Chabela, nos enrabiamos por Lanata, nos conmovimos por Víctor Hugo. Aquella semana el periodista traidor había escrachado a nuestro querido periodista con un impensado vínculo con la dictadura uruguaya. Esa noche "Bajada de línea" prometía ser un programa de culto. "Bueno, lo vemos y luego lo comentamos", dijo una. "Dale, si no hablamos después del programa hablamos mañana", dijo la otra. "Eso. Y esta semana nos vemos o nos vemos". "Claro que sí. Te quiero." "Y yo a vos". Puedo escucharnos. En el primer corte del programa, que efectivamente era una joya de apoyos al lado victorhugo de la vida, me paré a llevar los platos de la cena a la cocina. Sonó mi celular y algo me dijo que algo no andaba bien. Escarcha. El domingo se detuvo en domingo para siempre. Los nueve días que siguieron fueron, simplemente, la última ayuda que nos ofreció en su solidaria vida. Ir adecuandonos a lo irreversible. Ir mirándonos en el desolado espejo de la ausencia.
El 5 de agosto se congeló en domingo para siempre.
Y sí... "Hay días malos"

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