¿Ven el espiral?
...asciende, sube, se alza
sobre su eje...
¿Ven el giro que cierra
su círculo perfecto
y sobre y desde sí
hace un círculo nuevo
que es, pero no es, el mismo?
Un pétalo que acciona
en otro pétalo,
una pluma
que a otra pluma sigue,
un ala,
un ave,
una bandada...
Es la Ronda.
Cada vuelta
recupera la vida,
cada paso
se acompaña de otros
que giran por una eternidad,
sin perdernos de vista.
Una adición de pasos,
de gestos y de signos
que vuelve y vuelve
y acumula y retoña.
Una Ronda que ronda
sobre difusas huellas,
una Ronda que cerca,
que aprieta, que encierra,
que acorrala siniestros
asesinos del alba.
Una Ronda enarnada...
Una crecida Ronda oceánica,
que vuelve, vuelve, vuelve
y se expande.
¿Ven que el giro transcurre,
ven que pesa
y que duele?
¿Ven que se toma tiempo
y sabe lo que hace?
¿Ven que huele a magnolias
en sus extremos blancos?
Ven el surco imborrable
de miúsculos pasos...
Es la Ronda
La Ronda fue lo único
cuando dejaron nada...
Este espejo en redondo,
aún refleja los ecos,
las huellas bifurcadas,
las señales de apuro,
las voces acalladas,
la sal de tanta lágrima.
Es la Ronda.
¿Ven la metamorfosis
de la espiral?,
¿el engranaje manso
que forma una corriente
de materia futura,
de conciencia posible,
que vuelve, vuelve, vuelve
y no lleva la cuenta
de las vueltas que faltan?
Es la Ronda.
¿Ven esa traslación
que avanza, avanza
y nunca se desvía?,
¿ven esa progresión de pasos
que demarcan un surco
de constancia,
que organizan y activan
las leyes de la vida?,
¿que abre un claro
transparente y preciso?
Es la Ronda.
¿Ven lo que no es visible?,
¿ese pálpito inmóvil
que circula en las vueltas,
esa repetición de hálitos leves,
esas chispas eléctricas,
esas ondulaciones
en la quietud del aire?
Son las Apariciones
que la Ronda convoca.
¿Ven o no,
la planetaria ruta,
los astros dando vueltas,
la estelar armonía,
de los brazos maternos,
de las anchas espaldas,
de los blancos pañuelos?
Es la Ronda.
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