sábado, 5 de agosto de 2017

5 de agosto... a la hora del zarpazo inicial.

Me he preguntado por qué, me he preguntado para qué, me he preguntado por qué no... me he preguntado y preguntado... no he podido responderme más que con lágrimas. Nunca voy a entender el destiempo. Nunca.
No tiene sentido pensar cuánto tiempo pasó desde aquel 5 de agosto del zarpazo inicial. Para mí fue hace pocos días. Y diez siglos. Y en ese impreciso tiempo se debate la ausencia que presencia.
Extrañándola. Siempre. Y siempre es mucho tiempo.

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