Este tiempo sin tiempo que recorro atraviesa mi alma entumecida, ahora alma incompleta por doliente, que no encuentra consuelo ni socorro. Un vacío colmado de presencia me debate entre risas y pesares, pero impone su ausencia en alarido mientras la vida avanza, tenaz y endurecida.
No tengo recuerdos más que mis recuerdos y a ellos me aferro dolida y obstinada.
Visito algunos bares, releo algunos libros y cada noche va mi mano por debajo de la almohada. Sueño que sueño y que la encuentro y que me sana de nuevo su palabra. Pero despierto siempre entre sollozos, con el alba tercamente atormentada.
Sola de una soledad desconocida, quiero que vuelva y que me abrace. La convoco cada hora, cada día la pienso, cada domingo repudio ese domingo, el del zarpazo brutal definitivo. Y cada 13 calendario me encuentra acá, desde hace 20 meses, escribiendo, en vano intento de detener el tiempo.
Este tiempo sin tiempo que recorro. Y que atraviesa mi alma entumecida.
13 de abril, a 20 meses.